
En lo que respecta a la meditación de atención plena, nada es correcto o incorrecto. La meditación es una experiencia profunda y personal.
Cada persona es diferente y todos seguimos nuestro propio camino. Por lo tanto, no hay un momento ideal para meditar. Sólo se trata de lo que es bueno para ti y sólo para ti
Dicho esto, la mayoría de nosotros tenemos vidas muy ocupadas y, sin planificación, puede ser difícil encontrar un momento del día para hacer nuestra meditación diaria.
Así qué, te dejamos algunas sugerencias que pueden ser útiles para determinar cuál sería el mejor momento del día.
1) Meditación para la vigilia

La forma en que vivimos nuestras mañanas puede tener un gran impacto en el resto del día. Todos hemos experimentado esas mañanas estresantes y caóticas en las que nos sentimos agotados y abrumados a pesar de que el día acaba de empezar.
Estos días rara vez nos inspiran a hacer grandes cosas. Así que, si eres una de esas personas a las que les gusta disfrutar de los 15 minutos descanso que proporciona.
Debes saber que aprovechar esos 15 minutos para meditar antes de empezar el día puede ayudarte a volver a centrarte, a encontrar la paz interior para a afrontar los altibajos del día con más perspectiva y paciencia.
Al principio, puede ser difícil despertarse temprano, pero al final descubrirás que esos 15 minutos son tan vitales como tu café o té matutino.
Recuerda, sin embargo, que la meditación matutina no es para todo el mundo, y que necesitas estar tranquilo y completamente despierto para meditar.
Para los que no son nada madrugadores, puede ser difícil mantenerse totalmente despierto y tranquilo durante la meditación matutina.
En este caso, puede ser una buena idea considerar la meditación en otro momento del día.
2. Meditar para reducir el estrés

Sin embargo, la meditación no debe reservarse para momentos específicos del día. Muchas veces, a través de nuestra experiencia en la meditación, podemos descubrir que nuestra práctica nos ayuda a superar los momentos de estrés o a controlar nuestra ansiedad.
La belleza de la meditación reside en que con la práctica aprendemos a reconectar con el momento presente, a ver nuestras emociones, pensamientos con una nueva perspectiva y a calmar nuestro sistema nervioso.
Durante el día, cuando sientas que tu cuerpo y tus pensamientos entran en una espiral de estrés, tómate un descanso y pulsa el botón de «reset» mediante la meditación.
Ya sea que el estrés esté relacionado con una fecha de entrega, con preguntas sobre una relación, o con un examen que acabas de hacer.
Sea cual sea el escenario, tomarse el tiempo para reorientarse en estos momentos puede ser increíblemente beneficioso para nuestro estado de ánimo y nuestra salud.
3. Meditación en el almuerzo
Dado que es la pausa más habitual del día, y si meditar por la mañana te hace dormir, la pausa del almuerzo puede ser un momento ideal para tu meditación diaria.
Basta con 15 o 20 minutos al principio o al final de la hora de la comida, y te darás un merecido descanso que te permitirá descansar la mente, calmar el sistema nervioso o continuar la jornada con tranquilidad y confianza.
Además, puede ser una forma estupenda de aumentar la concentración, la creatividad y la productividad, sobre todo cuando tienes que volver al trabajo o a clase después de la pausa para comer.
4. Meditar en la cama.

Incorporar la meditación a nuestra rutina nocturna puede ser una forma estupenda de relajarse y prepararse para un sueño profundo y reparador.
También es una buena manera de darse espacio para procesar mentalmente los acontecimientos, las emociones y las reacciones del día.
Puede ayudarnos a observarnos a nosotros mismos y a comprender mejor nuestros comportamientos, acciones y sentimientos del día a un nivel mucho más íntimo.
Por otro lado, si decidimos meditar antes de irnos a la cama, es importante meditar al menos una hora antes de acostarse para evitar quedarse dormido durante la meditación.
Encuentra tu mejor momento para meditar
Intentar meditar en diferentes momentos del día puede llevar algún tiempo de experimentación durante las primeras semanas.
Sin embargo, es importante que encuentres tus 15 minutos diarios, durante los cuales estés bien despierto y alerta.
Puedes probar todas las sugerencias anteriores, cada una de ellas durante unos días seguidos para decidir qué es lo que mejor te funciona.
Algunas personas les gusta cambiar y meditar en diferentes momentos del día dependiendo de su horario.
Sin embargo, nos parece que elegir un momento del día y mantenerlo es más alentador para mantener el rumbo, especialmente al principio de la práctica. Como en todo, la rutina ayuda a la constancia y la perseverancia.